viernes, 4 de julio de 2008

Último día de clases


Ahhh... la época de estudiante calenturiento.

La época escolar es muy chida. Para algunos es la mejor etapa de su vida. Pero en el crecimiento, tienes que mudarte de escuela en escuela... al menos que estés en una de paga de las que tiene desde kínder hasta universidad.
Pero yo estuve en 2 kínder, en una primaria, en dos secundarias, una prepa y dos universidades para cursar mis estudios superiores. Y cada cambio era un volver a empezar, un Born Again... no sé si para mejorar. No soy de esos que dicen que la mejor etapa fue esta, o aquella. Cada etapa tuyo lo suyo. Sus momentos inolvidables, sus personajes clásicos, sus etapas depres... todo!
De los fines de ciclo que recuerdo, estos son los momentos más significativos:
  • 1993. Cambio de quinto a sexto de primaria. Nos cooperamos para comprar pizzas con el profe Sixto. Fue la primera vez que la comí. Y me tocó de camarón. Fuimos vestidos como cada quien quisiera... refrescos, convivio... se acercaba el lento camino hacia el final.
  • 1994. De sexto de primaria a la secu. Me tocó ser parte de una poesía coral de despedida. Siempre anduve metidillo en esas cosas artísticas. Dejaría de ver a las personas con las ue conviví 6 años... o 2 a lo mínimo. Fue triste, sin lugar a dudas, pero mi recién orfandad me impidió ver la magnitud del hecho. Aún sigo viendo de repente a alguno de los personajes de la primaria. Érika. Susana. Liliana. Y hace años aún veía al Cristian y a Chava. Y una vez vi a Rubén. Muero de ganas por volver a ver a las cuatas... a Fátima... a Elenita... Aunque dudo que ellas me recuerden. Pero yo tengo el mal hábito de jamás olvidar una cara, ni un nombre cuando convivo con la persona.
  • 1998. De la secundaria a la prepa. Los clásicos festivales donde van los papás a huevo. Danza, creo que algo de poesía y entrega de fólder vacíos. Aquí si me costó más. Eran mis amigos del alma. Dejé parte de mi alma en la TV4. A mis mejores amigos: Yin, Changui... mi amor platónico Érika... el desmadre del Rana, del Hugo... y a la Carmen, aunque ni sabía de su existencia todavía... De ahí sigo con la amistad del Yin. Al Changui sé que lo tengo de cuate, pese a que no lo veo desde hace rato. Al puto Abraham. Y no se diga a Carmen... y a Susanita!
  • 2001. De la prepa al S11. La verdad, ni lo sentí. Sigo en contacto con los más importantes e esa época. Nadie lloró ni hizo dramas. Quizá por el nivel alcanzado, que nos permitía ver más allá. Quizá de morrillos, primaria-secu, teníamos impreso en los genes que la mayoría no volveríamos a vernos en la vida. Pero aquí ya teníamos la capacidad de convivencia sin que mami interviniera. Pedas, desmadre, sexo, drogas... de tocho morocho...
  • 2005. De la licenciatura a la especialidad. Pues no lo sentí tampoco. Porque con sus más o menos, sigo en contacto con los fundamentales... el Tetra, Maciel... y quizá porque no le guardé el cariño que sí le di al IPC y a la TV4. A la universidad fui porque no tenía otro lugar al cual ir. En cambio a la TV4 y al IPC me llevó el destino...

En resumen, es cuando somos mocosos cuando nos duele más este tipo de separación... al menos en mi caso, porque hubo quien sí lloró al dejar la carrera. Cosa que, en lo personal, me ocasionó risa.

A continuación, una estrofa de una poesía que aún me sé de memoria...

Ha llegado el momento de dejarte

nuestra labor del año esta cumplida

somos el escuadrón blanco que parte

con la nostalgia de la despedida

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