jueves, 2 de octubre de 2008

And now... Celaya!






El día de hoy fui a Celaya. me la pase casi todo el día allá, contaminando con posteo para eliminar vacantes de la sucursal de allá. Y recorrí buena parte del sur, si no es que todo el sur. Con todo y que el pinche gobierno no deja volantear o postear. Es delito según me contó Mederos, con quien hace un año visité por vez primera aquella ciudad, buscando también personal. Y me la jugué. Me vieron muchos polis y tránsitos, pero ni pex. No me dieron lata. Aunque no lo hice cercas del centro. Tampoco es cosa de rascarle las axilas al gorila.


Me gusta mucho el trabajo de campo. Acompañado o sólo. Cuando lo hago con el Alex es divertido, pues aparte de chambear, cotorreamos de pendejada y media, y nos la pasamos albureándonos. Y sólo, pues da tiempo para pensar y pensar y pensar.


El camión de las 8 de la mañana salió retrasado con varios minutos. Puta puntualidad mexicana. Como siempre, llegaron weyes después de la hora. Por respeto a los pendejos que sí madrugamos, deberían dejar a esos pendejos. Pero bueno.


Me llevé Clemencia, del Zarco, pero me ganó el sueño y me eché uno que otro ronquido con ese puto frío de la mañana.


Llegué, y compré de una vez mi boleto de regreso. A prevenir. El de las cinco de la tarde para ir llegando a León a las siete. Pero de nada me sirvió lo previsor. Me bajaron del camión que porque la pendeja que me lo vendió, lo hizo con fecha de mañana. Y que las listas de nombres y la madre. me retrasaron cuarenta valiosos minutos de mi vida. Hijos de perra. Y lo que más me hizo encabronar fue que ni un puto "disculpe usted" recibí a cambio. Bastardos. Pero mañana mandaré un correo quejándome por esa mamada. El tiempo muerto lo aproveché para leer ahora sí. Pero al subir al camión fue imposible. A todo volumen la película. Estaba chida, eso sí. Una de una negrita deletreadora que competía con un asiático a nivel nacional. Me gustó. y siguipo Una pareja explosiva III. Pero llegamos a la terminal de León cuando le faltaban como veinte minutos. Ni modo, a comprar la triología. Ya que chingaoz. La que no me gustó fue la de las ochode la mañana: de unas afroamericanas cantadoras... muy de hueva... aunque me hicieron pensar y pensar y pensar.





Conozco Celaya prácticamente de cabo a rabo. La he recorrido a pie en su práctica totalidad. Y vaya si he caminado. Como la vez que Gerardo me fue a llevar a unas colonias alejadas, como perrito para que se pierda, y ahí me tienen atravesando toda la ciudad hasta llegar a la sucursal. O con Gaby, en colonias perdidas y ocultas. Con perros ladrándonos. Platicando del fin de uan era y los albores de la otra...


Por eso me gusta ir a Celaya... aunque no es bonita, bonita... como tampoco lo es mi ciudad, pues. César dice que es fea con todas sus ganas. Pero pues se asemeja a ciertas zonas de León.


Comí en un local de pizzas & hamburgers. A toda madre. Pero de volada, no fuera a perder mi camión de las cinco...


Y el recibimiento... no me esperaban por lo que vi. E incomodé mucho por las listas de asistencia y las revistas... y el Abraham me cagó... pinche Altísimo Líder pendejo...


Me gustaba más antes la sucursal. Sobretodo extraño a la loca que quería conmigo... y no por eso, sino porque era una chica a todo dar que salió víctima de las circunstancias...


Quizá regrese en la semana próxima. Por que urge personal. Aunque no sea "mi" sucursal. Pero de que vayan a violar a Sandra, que me violen a mí por andar de callejero, peus me chingo. Ante todo un caballero.



P.D.

Ahí pude comprar la Punisher # 9 de la serie Max... está chingona. Lástima que Marvel México la olvide de momento por pinche violenta, sexosa y malhablada...

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