domingo, 10 de mayo de 2009

Con las Cuerdas Rotas


Ese es el nombre del libro que escribió Soraya antes de morir... y la siguiente es una reflexión que escribí el 21 de octubre del 2007, al respecto de Soraya y el libro en mi antiguo blog de los Spaces MSN...


Personajes que hubiera querido conocer: Soraya (Editoriales)
21 octubre 01:13 p.m.

El pasado 10 de mayo del 2006 el mundo se enteró de una lamentable noticia: Soraya, la cantante de origen colombiano que nos deleitó en el 96 con temas como "De repente", o "Quédate", y que había luchado duramente contra el cáncer, y parecía haberlo derrotado, había muerto.

Haciendo un poco de memoria, sólo he llorado las siguientes ocasiones en mi vida. Pero llorado de corazón, y no dos o tres lagrimitas pasajeras:



  • 1994. Cuando quedé huérfano de padre.
  • 2001. Cuando Mary me mandó a la verga.
  • 2004. Cuando la masacre de Beslán.
  • 2006. Cuando Soraya murió...
De esas cuatro ocasiones, una demerece pasado el tiempo: 2001. No valía la pena, pero era un puqueque pueril todavía. La masacre de Beslán me hizo mentarles la madre a mis hermanos musulmanes. Se confrontaron mis dos ideologías predilectas: comunismo vs. anti-sionismo.

En 2006, yo me di cuenta de la funesta nueva por medio del bendito internet. Y lloré de sentimiento, de coraje, de frustración.

Hasta donde yo me había quedado, Soraya había derrotado al cáncer. Y estaba de regreso. De hecho, para mayo estaba promocionándose su último video, dónde sale con el pelo corto, atado, y su escenario era la playa.

Lloré y lloré, preguntándome porqué la vida es tan perra. Digo, como si no lo supiera. Si alguien sabe lo que es tener pérdidas, soy yo. En menos de dos años murieron mi padre, mi tía, mis dos abuelos, dos primos y una tía de mi mamá...

De hecho, de ahí deviene mi ateísmo. Hasta ese punto yo no había tenido la necesidad de preguntarme sobre el significado tan efímero de la vida. Nacer, crecer, reproducirme y morir. No importa si era bueno o malo. Todos mueren. Y con más frecuencia los buenos que los malos.

Volviendo a Soraya... ¿por qué ella? ¿Por qué después de luchar tanto y tanto, de aferrarse a la vida con una pasión sobrenatural?

Sinceramente yo no era un fan-nerd de ella. O sea que yo no tenía todos sus discos, colecciones completas de notas periodísticas de ella, ni album de recortes, ni su figura tapizando mi alcoba. Tampoco había acudido a un concierto de ella y, mucho menos, tengo una foto de ella a mi lado. Pero desde que apareció en la escena musical, allá del 96, me gustó su estilo. Compré su casete, pirata, y lo escuchaba una y otra vez, junto con el casete pirata de Lynda y Shakira.

"De repente" siempre me ha fascinado. Y su "Casi" se me hace un himno a la vida. Cuando murió, yo tenía una lista de reproducción con canciones suyas, que escuchaba casi a diario, pues la calidad es innegable. Pero fuera de Lynda, José Alfredo, o Tintán, no he tenido necesidad de comprar un CD original.

A más de un año de su triste desceso, busqué desesperadamente su libro, "Con las cuerdas rotas", para tratar de adentrarme en el alma de este fenomenal ser humano. Y mi sorpresa fue demasiada. Intuía que Soraya era un ángel, pero no a ese nivel. Involucrarme, página tras página, en su vida, me maravillé con su historia personal. Y palidecí con su historia familiar.

¿Cómo era posible que una familia sufriera en cuatro ocasiones tanto dolor, a un nivel indescriptible? Su abuela murió de cáncer. Su madre murió de cáncer. Su tía murió de cáncer. Y ella las acompañó en su destino, trágicamente marcado por... ¿por quién?

"Si Dios quiere abolir la maldad y no puede, es impotente. Si puede y no quiere, es un malvado", rezaba un filósofo griego hace dos mil quinientos años. ¿Qué pedo con ese pinche dios jodido de mierda, que permite este tipo de situaciones?

La respuesta es que no la hay... de ahí mi ateísmo. Es pendejo echarle la culpa a alguien que no existe. Estamos solos en el Universo. Sólo nos tenemos a nosotros mismos. Y nos empecinamos en ser infelices una y otra vez. En engañarnos, en mentirnos, en ser infelices. Matamos, violamos, abusamos de los demás. Humillamos al supuesto inferior y nos enriquecemos como cerdos. Cuando la vida es taaan fácil...

Soraya se esforzó por vivir cada segundo sin preocupaciones ínfimas. Simple y llanamente, disfrutando de la vida, de cada instante. De esos pequeños momentos que nos enriquecen y nos hacen mejores seres humanos.

He aquí un compendio de frases de su libro Con las cuerdas rotas...


  • Padezco cáncer de seno. Es un dato que no puedo cambiar. No tengo la culpa. Mi vida nunca volverá a ser la misma. Pero seré yo y no el cáncer, quien la defina.
  • De niña, sólo soñé con convertirme en un músico profesional. Nunca me hubiera imaginado haber conseguido tanto éxito y mucho menos, ver mi fama eclipsada por un grupo de células mutantes. Y con todo eso, no puedo dejar de sentirme orgullosa por lo logrado en la lucha contra el cáncer de seno. Me hubiera encantado haber llegado hasta aquí en otro tren y quizás, exclusivamente, en el tren de la música. Pero si éste fue mi riel, de cualquier manera, lo asumo.
  • La información médica me dice que mi futuro es desolador. A no ser que pase un milagro, el cáncer seguirá espaciéndose por todo mi cuerpo. Felizmente, el tratamiento podrá deternerlo un poco. Si la enfermedad progresa como se supone que va a hacerlo, terminaré siendo sólo un susurro de lo que alguna vez fui. Aún así no puedo eliminar que algo sorprendente suceda.
  • Realmente se trata de vivir como eres y ser guiado por la persona que crees puedes llegar a ser. Soy fuerte. Soy imperfecta. Soy talentosa. Estoy enferma. Pero también creo que soy valiente. Creo que soy bella (hermosa!). Creo que mientras el cáncer se mueve por mi cuerpo, otra parte de mí sana. Creo que soy valiosa. Creo que tengo mucho más para dar y mucho más por vivir.
  • Sé que aún les puedo cantar, aún con las cuerdas rotas.

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