lunes, 7 de septiembre de 2009

Otra nota aleccionadora...


Para llenarnos de orgullo, entre los varios primeros sitios que tenemos a nivel mundial de todo lo bueno que puede producir un país, en primera plana de La Jornada:

  • Según estadísticas, la mayoría de los asesinados son narcomenudistas de entre 20 y 30 años
  • Más de 14 mil ejecutados desde que Calderón declaró la guerra al narco
  • Preocupa a las autoridades que cada vez hay más mujeres y menores de edad entre las víctimas
Foto
En Sinaloa, dos elementos de la Policía Ministerial asignados a la base de Concordia murieron al ser atacados a balazos e incendiarse el vehículo en el que circulaban por la carretera Culiacán-Mazatlán
Foto Leo Espinoza

Gustavo Castillo García

En el país suman más de 14 mil las personas ejecutadas de diciembre de 2006 –cuando el presidente Felipe Calderón anunció la guerra contra el crimen organizado– a agosto de este año.

Más de 70 por ciento de las víctimas tenían entre 20 y 35 años de edad, revelan informes que tanto la Secretaría de la Defensa Nacional como la Procuraduría General de la República han dado a conocer durante las reuniones del Gabinete de Seguridad Nacional.

Fuentes de ambas instituciones indicaron a La Jornada que, según los análisis y estadísticas que han elaborado organismos de inteligencia del gobierno de Felipe Calderón, el mayor número de muertos eran narcomenudistas que operaban para alguna organización y cuya zona de control entró en disputa.

En ese contexto, según datos que ha obtenido la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, durante los interrogatorios a detenidos por tráfico de sustancias ilícitas, un narcomenudista gana entre 3 mil y 8 mil pesos mensuales, dependiendo de la zona y el tipo de droga que venda.

Los informes, de acuerdo con los datos proporcionados, refieren que desde hace unos años las organizaciones no se conforman con fichar a sus propios representantes, sino que también levantan y convencen, apoyándose incluso en amenazas de muerte, a narcomenudistas de otros grupos con el fin de que trabajen para ellos. Si no aceptan, simplemente los ejecutan.

El reporte de los órganos de inteligencia respecto del número de personas asesinadas por grupos criminales del primero de diciembre de 2006 al 31 de julio de este año fue de 14 mil 371, la mayor parte en Chihuahua, Durango, Coahuila, Guerrero, Sinaloa, Jalisco, Michoacán, estado de México, Guanajuato, Veracruz, Tabasco, Quintana Roo, Baja California y Nuevo León.

Tan sólo en los 31 días del mes pasado las estadísticas oficiales señalan que se documentaron más de 300 casos. Esta cifra todavía está en proceso de validación interinstitucional.

En esta administración federal, que lleva casi tres años, ya se superaron los 13 mil ejecutados que ocurrieron durante los seis años de la gestión de Vicente Fox Quesada.

De acuerdo con las estadísticas oficiales, este año podría concluir como el que tuvo más ejecuciones de la reciente década, pues todo apunta a que se rebasarán los 5 mil asesinados por el crimen organizado de 2008, cuando el promedio de personas muertas por día fue de 13.6 .

En lo que va de este año se han contabilizado más de 4 mil 500 ejecuciones. El promedio diario de homicidios relacionados con la delincuencia organizada es de 18.5.

Uno de los datos que más preocupan a los organismos de inteligencia es que cada vez son más las mujeres y los menores que son asesinados por la delincuencia vinculada con el narcotráfico. Sólo de marzo a julio de este año en Sinaloa ocurrieron 40 ejecuciones de menores de edad. También durante los primeros ocho meses de este año se ha reportado en el país el homicidio de 215 mujeres.

Los grupos de mayor rivalidad

Según las fuentes consultadas, el mayor número de personas ejecutadas pertenecía a los cárteles del Golfo y Los Zetas, pues son los grupos que mayores rivalidades tienen con otras organizaciones, como son La Familia y el de Sinaloa. Al menos 300 fueron torturados.

De acuerdo con datos de la SSP federal, uno de los principales ejes de la inseguridad y la violencia es el mercado de drogas (...) Sin un mercado de consumo de drogas no existiría el narcotráfico y la violencia producto de éste.

Esa dependencia sostiene que el mercado de drogas contempla el incremento de adictos, pues esto garantiza la continuidad y el crecimiento del mercado mismo. Sus principales puntos de distribución son: prostíbulos, bares, zonas de apuestas ilegales, palenques de gallos, hipódromos y otros sitios donde se escenifican carreras de caballos. No menciona a los centros de enseñanza.

De acuerdo con estas mismas fuentes, las organizaciones criminales mantienen un “flujo permanente de nuevos cuadros para sustituir las bajas producto de los ajustes de cuentas en las mismas organizaciones, las ejecuciones entre grupos rivales y los muertos en enfrentamientos con las autoridades”.

Además, según la SSP federal, “en la actualidad algunos cárteles de la droga buscan fortalecer su operación mediante el control del hampa común (robos, secuestros, etcétera). Para ello han integrado grupos delictivos locales y regionales a niveles inferiores de su estructura para financiar sus operaciones e incrementar su control territorial”.

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