Lo he admitido antes: si le he de temer a una ciudad del país por encima de todas las cosas, es a Tijuana.
Si bien ahí nació y vivió Lynda, es ono basta para tranquilizar mis temores.
En agosto me eché una semanita por allá y me la pasé recluído en el hotel. Me atreví a ir a Lomas Taurinas, sólo por que era taxi del hotel, pero aún así el temor era entendible: megamasacres de 100 muertos a la semana no es poca cosa, por muy zona dorada que sea donde yo andaba. Y luego los colgados del último mes en los puentes de Rosarito... los Hank, y toda la podredumbre policial de la zona. También aportó su granito de temor el libro de Secuestrados de Julio Scherer en el apartado dedicado a Tijuana...
Hoy voy leyendo en el Universal que a la cantante Jannette Chao le robaron equipo por unos 40 mil dólares... se encontraba realizando un tour-documental por el país, precisamente para contrarestar la idea del México violento que se ve día a día en los noticieros, y que hace que mucha gente evada la realidad, siendo feliz al no leer también, y refugiarse en sus patéticas y miserables vidas de ignorancia y baúles llenos de oro detrás del arco iris...
En La Oreja, los sabios analistas intelectuales de izquierda dijeron -casi- que la culpa fue de ella, por ir diciendo en redes sociales el trayecto de su tour... digo, ¿en países civilizados pasa lo mismo, con tanta intensidad como acá? Acá es cosa diaria muertos, descabezados, secuestros, crimines raciales, sexuales, religiosos... el problema no es publicarlo en Facebook, Hi5, MySpace o Twitter... el problema es que vivimos en un país donde muy pocos respetamos las leyes, en el que el trabajo bien remunerado es escaso y donde hay gente que opta por dinero fácil para mantener a su familia, haciéndose seguidores de gente que opta por dinero fácil nomás por poder o joder. Debería haber opciones, políticas y económicas, para no elegir jamás ese camino... pero estamos jodidos... estamos jodidos, mexicanos...
Mal pedo por lo que le pasó a esta suculenta flaquita... y mal pedo porque esto aún no acaba... la violencia seguirá su espiral ascendente hasta el fin de los tiempos, pues seamso realistas: como nación estamos perdidos. Jamás haremos un acuerdo nacional. Todos los pueblos tienen gente diferente... bandos liberales y conservadores. Pero hacen acuerdos, pactos para sobrevivir y ser potencias mundiales. Acá nos damos hasta con las cubetas... cerramos por entero las opciones políticas y si osan en quitarnos el poder, arrebatamos. Nuestra eterna maldición por ser católicos y vecinos de Estados Unidos...
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