¿El futuro nos ha alcanzado?
Soy ateo. Pero es curioso como en los últimos años los eventos de proporciones catastróficas van casi de la mano. Siempre, pero siempre han existido eventos de niveles apocalypticos en la tierra. Ciclones, tsunamis, volcanes... y no hablo solamente de tiempos pre-humanos... tenemos a
Pompeya,
Krakatoa,
Shaanxi,
Valdivia... y los más recientes:
El Tsunami de Sumatra (2004),
el Huracán Katrina (2005), el terremoto de
Haití... y ahora este montruoso de 8.8 ° en
Chile... qué pedo???
¿Casualidad o Destino?
Hay quien habla de
HAARP. Hay quien saca la Biblia y ve que los sellos se siguen rompiendo. Otros más sensatos lo esperaban de tiempo atrás de acuerdo a análisis científicos. Otro tantos dicen que Nostradamus y los mayas y los hopis y los egipcios y los hindues tenían razón. ¿Todos tienen parte de razón?
Es innegable que estamos en plena sexta extinción en masa de la historia geológica de la tierra. Nuestros hijos o nietos ya no conocerán en vivo animales que aún nosotros hemos tenido la oportunidad de ver en zoológicos del mundo.
Los Polos se están escongelando a una velocidad rayo. La noticia del glacial del tamaño de Luxemburgo que se desprendió de los casquetes del norte -y que producirán enormes cambios en las corrientes marítimas y en la vida de sus habitantes- asombró a propios y extraños.
"Lo bueno" de estas catástrofes, concretamente hablando del terremoto de Haití, es que se ha visto una solidaridad impensable en otros tiempos. En parte por las comunicaciones. Ya no estamos en los tiempos de
Jacobo Zabludovsky donde sólo nos dábamos cuenta de l oque pasaba en México y el mundo -a veces- cuando y como lo quería
el Tigre. Internet es una maldita maravilla aunque sitios como
Twitter le den pavor a Ciro Come Mierda. Ahora nos damos cuenta al instante de lo que sucede en el mundo. Y no sólo en texto. Imágenes y videos pavorosos dieron cuenta del horror acaecido en Haití durante el mes de enero. Eso movilizó la solidaridad de todos los hermanos sudamericanos y de la comunidad internacional en general para apoyar al país derruído mientras su inepto presidente estaba más preocupado por saber donde dormiría la noche de la catástrofe.
Y nuevamente vemos como estas herramientas -Google (http://chilepersonfinder.appspot.com/?lang=es), Twitter y Facebook- están comunicando e informando a un mundo a niveles casi mágicos.
La consciencia de la gente es increíble. La solidaridad con los hermanos Haitianos fue increíble. Colas de voluntarios se veían en la Cruz Roja Mexicana coordinando toda la ayuda enviada, pese a que en 2009 el gobierno Haitiano -los gorilas, no la gente común, cabe aclarar- se negó a recibir un buque de ayuda humanitaria de México durante la crisis de la gripe porcina.
¿Pero esa consciencia ha llegado demasiado tarde? ¿Estamos a tiempo de parar la hecatombre que se avecina? ¿El tren en colisión contra la muerte alcanzará a detenerse a pesar de que se esté metiendo el freno de emergencia?
Veamos que pasa en ulteriores meses...
Y Carpe Diem amigos...