El actual intenso flujo migratorio de unos países a otros propicia la fusión de
razas y culturas. De este loable mestizaje, son los rubios quienes salen peor parados. Los
antropólogos estiman que los cabellos dorados están condenados a desaparecer. La explicación está en la
genética:
el gen del cabello negro es dominante, mientras que el del rubio es recesivo. Así, en una pareja mixta donde uno de los miembros es rubio y el otro moreno, predominarán los hijos con cabello negro. Prueba de esta dominancia es que en los últimos 30 años se ha reducido a la mitad la proporción de rubios en los países nórdicos. De hecho, se calcula que dentro de
200 años nacerá en Finlandia el último rubio.
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