miércoles, 29 de septiembre de 2010

Libros Leídos LXIX: El Profesor


¿A los cuantos libros leídos de un autor, se puede decir que éste se conoce?

Yo he leído más de 90 libros de Rius, y no me atrevo a presumir que lo conozco. Ni siquiera con su Rius para Principiantes, y otros libros no escritos por él que lo mencionan en primeros términos.

Lo más que puedo decir es que conozco las tendencias de Rius. Ateo con tintes budistas, vegetariano férreo, antipartidista, simpatizante de las más diversas causas populares, y cien por ciento anticlerical.

¿Y todo eso qué? ¿Qué tiene que ver con John Katzenbach? Bueno, El Profesor es el tercer libro que leo de Katzenbach en poco más de un año. No puedo engreírme y decir que conozco ya autor. Qué sé como piensa. Tendencias, solamente, es lo que puedo señalar. Similitudes y diferencias con los otros dos trabajos literarios de su autoría que he tenido el privilegio de leer. Independientemente del spoiler sobre el texto en cuestón.

  • ¿Por qué los personajes principales de estos tres libros son ancianos solitarios?
  • Tenemos a Simon Winter, protagonista de La Sombra. Sin esposa ni hijos, con un hermano del que no sabe nada desde hace años.
  • Luego está Frederick Starks, protagonista de El Psicoanalista. Sin hijos, y con una esposa que ha muerto de cáncer tiempo atrás.
  • Y, finalmente, Adrian Thomas, protagonista de El Profesor. Su hermano se suicidó, su hijo murió en Irak, y su esposa trató de matarse, lográndolo días después, por la tristeza de perder a su hijo.
  • Frederick Starks y Adrian Thomas son psicólogos. Uno académico, el primero clínico.
  • Simon y Adrian son forzados a entrar en la trama prácticamente bajo las mismas circunstancias: tocan a su puerta instantes antes de que estos se suicidaran, uno por sentirse inútil, el otro porque una enfermedad neurodegenerativa se lo comerá a  pedazos. Ambos están en el umbral de su existencia, pero su corazón los obliga a realizar un último acto antes de partir, un acto de justicia. Para que termine una pesadilla en ambos casos. Detener a un criminal nazi en un caso, y a los raptores depravados de una jovencita de 16 años en el otro.
  • Frederick también tiene que morir, pero no por su gusto, como en el caso de los otros dos. Se ve forzado, irónicamente para poder sobrevivir y regresar con más bríos exigiendo venganza.
  • Tenemos policias mujeres en las tres obras. Dos de ellas mueren. En el caso de la policía en El Psicoanalista no hace mucha mella su muerte. Si impacta, por supuesto, pero el personaje no se vuelve entrañable. Pero en el caso de Terri Collins de El Profesor, la muerte se siente. Al menos yo me encariñé con el personaje. Parece inaudito que muere la buena, y el pervertido de Wolfe queda tan campante como el brazo vengador de la justicia, para que los policías dejen de molestarlo y él pueda seguir pervirtiendo niñas?


Ahora bien, más concretamente aterrizando en El Profesor... de entrada, el título en ingles es What Goes Next. ¿Quién hizo la traducción del título? ¿Los mismos jodidos que ponen los nombres "en español" a las películas gringas?

El tema es más que actual. Y Katzenbach se regodea de ello. En el ciber espacio hay infinidad de perversiones. Legales e ilegales, casi imposibles de detectar para el vulgo. Sólo los muy especializados, como Wolfe, pueden rastrear y acceder a esos recovecos.

Incluso yo, con toda mi mala leche, mi perspicacia, y mi calentura, ignoraba la onda snuff. Mi inocencia era tal que, sabedor que en sexualidad no hay blanco ni negro, sino todos los espectros del arcoiris; fui párvulo, inocente, estúpido.

Apenas en los últimos años supe de esas depravaciones... más allá del sadomasoquismo, matar para obtener placer sexual, cazar a los humanos como si fueran animales. Y con el arribo de la tecnología, la gragación primero, y la transmisión en vivo, a todo el mundo, más allá de las fronteras físicas y lingüísticas.

Pese a lo novedoso, no dejó de ser una mezcla del Silence of the Lambs, y Hostel, con un ligero toque de 24. Traducción, no fue tan novedosa después de todo. Fue un amasijo de realidades prexistentes. Pero bueno, finalmente ¿qué es la oroginalidad? ¿Un plagio no detectado? Ya lo dijo Borges, son cuatro las historias...

Me gustó, pero a medias. La Sombra sigue siendo la mera onda. Me conmovió la historia de Adrian Thomas. Su terrible enfermedad, y el mundo alterno en el que vivía, era de conmiserar. Se me hizo injusto que no pudiera terminar él mismo con su existencia, habiendo luchado tan duro por Jennifer, pero me pareció poético el desenlace propiciado por la adolescente.

Y bueno, que se puede decir de la desgracia de Jennifier. ¿Cuántas mujeres y niños no han sufrido ese cruel destino, sin que sepamos algo de ell@s, quienes fueron, si tenían hijos, padres, hermanos, parejas, una vida? ¿Eso pasó en Juárez? ¿Eso sigue pasando día a día? Jodida humanidad...




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