miércoles, 10 de noviembre de 2010

Revela George Bush desaire de Vicente Fox



Revela George Bush desaire de Vicente Fox
REDACCIÓN/agencias
NOTA PUBLICADA: 11/10/2010

El ex presidente norteamericano George Bush revela en sus memorias, que comenzaron a circular ayer, que Vicente Fox se le escondió en marzo de 2003 para no respaldar la iniciativa de Estados Unidos para atacar a Irak.

Bush señala en su libro que en pleno debate diplomático sobre el ataque contra Sadam Husein, Fox cortó la comunicación.

México era en aquel entonces uno de los integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU, donde se debatía la ofensiva contra Irak.

Bush relata que hizo un último esfuerzo para convencer a Fox de apoyar la decisión, pero que la conversación con Fox fue por mal camino desde el principio.

Finalmente, Fox le respondió que “lo iba a pensar” y lo llamaba por teléfono “en una hora”.
“La hora pasó”, recordó Bush, y Fox no lo llamó.

Entonces la entonces secretaria norteamericana de Estado, Condolezza Rice, indagó qué pasaba y le informaron que el mexicano había ingresado en un hospital para operarse de la espalda.

“Nunca más volví a oír de él sobre ese asunto”, remacha Bush.

La negativa de Fox, señala Bush, enfrió las relaciones entre ambos países durante años, aunque logró también el aplauso de la opinión pública en México.

Como se sabe, Bush de todas maneras atacó Irak, con el pretexto de que Hussein desarrollaba armas de destrucción masiva, las cuales nunca fueron halladas. El ex mandatario norteamericano reconoce que este fracaso fue uno de los peores errores de su Presidencia.

Revela Bush: Fox me retó
REDACCIÓN/agencias
NOTA PUBLICADA: 11/10/2010

En sus memorias publicadas ayer, George Bush reveló que en marzo de 2003, el entonces mandatario mexicano Vicente Fox se negó a respaldar la iniciativa de Estados Unidos para atacar a Iraq.
Mencionó que en pleno debate diplomático sobre el ataque al régimen de Saddam Hussein, Fox cortó comunicación con el presidente de Estados Unidos.

Bush relata en el libro que inesperadamente, de un momento a otro, Fox alegó una cirugía de la espalda para no responder las llamadas de la Casa Blanca.

“A petición de (el entonces primer ministro británico) Tony (Blair) hice un último esfuerzo para persuadir a México y Chile, dos miembros del Consejo de Seguridad que vacilaban, para que apoyaran la segunda resolución” de la ONU que hubiera permitido de forma clara un ataque militar contra el régimen de Hussein, explica Bush en su libro, “Decision Points”.

La conversación con Fox “empezó mal”, recuerda Bush.

“Cuando le dije a Vicente que le estaba llamando por la resolución de la ONU, me pregunto de cuál estaba hablando”, asegura el ex Presidente estadounidense.

La resolución 1441, que sí había sido aprobada anteriormente, advertía a Iraq de “serias consecuencias” en caso de no cooperar.

“Si me permites un consejo, no deberías dar la impresión de que te estás aliando con Francia”, asegura Bush que le dijo al Mandatario mexicano.

Fox le respondió que “lo iba a pensar” y lo llamaba por teléfono “en una hora”.

“La hora pasó”, recordó Bush, y Fox no lo llamó.

Pero cuando su secretaria de Estado, Condolezza Rice, indagó una hora después, le informaron que el mexicano había ingresado en un hospital para operarse de la espalda.

“Nunca más volví a oír de él sobre ese asunto”, remacha Bush.

La tentativa con el chileno Ricardo Lagos también fue infructuosa, aunque dicho Mandatario le dijo claramente que iba a votar “no” en el Consejo de Seguridad.

La negativa de Fox enfrió considerablemente las relaciones entre ambos países durante años, aunque logró también el aplauso de la opinión pública en México.

El fracaso de esas gestiones diplomáticas no impidió a Bush y a Blair declarar la guerra a Hussein con el apoyo entre otros del presidente español José María Aznar.

Bush, que reconoce que el fracaso a la hora de hallar armas de destrucción masiva en Iraq fue uno de los grandes errores de su presidencia.


Frustró un voto la reforma migratoria

En su libro, Bush también se lamenta de su incapacidad de aprobar una reforma migratoria en su país.

“El fracaso de una reforma migratoria es un indicativo de problemas crecientes en el rumbo de nuestro sistema político”, aseguró Bush en el libro, quien critica el “aislacionismo y proteccionismo” que afectó a ese debate.

El ex Presidente estadounidense sostuvo que la reforma migratoria estuvo a un voto o dos de ser aprobada en 2007, pero que el líder de la mayoría demócrata Harry Reid decidió no dar más tiempo para aprobar la legislación en el Senado.

En su libro de memorias Bush dijo que habló de la reforma migratoria con el entonces presidente mexicano, Vicente Fox, quien deseaba no sólo un plan de trabajo temporal, sino legalizar a todos los mexicanos aquí.

“Le dejé en claro que eso no ocurriría. Yo creía que la amnistía, convertir a indocumentados en ciudadanos automáticamente, socavaría el Estado de Derecho y alentaría la inmigración ilegal”, dijo Bush en alusión al encuentro en 2001 entre los entonces mandatarios.

Cinco años después Bush delineó su plan de reforma migratoria que incluía más inversiones en la frontera, duplicar el número de agentes de la Patrulla Fronteriza, un plan de trabajo temporal y un programa diferenciado para regularizar a los indocumentados en Estados Unidos.

En 2007, Bush dijo haber recibido una llamada del senador Edward Kennedy, entonces el principal impulsor de la reforma migratoria en el Senado, en la cual le pidió llamar a Reid a fin de mantener el Senado en funciones, con objeto de conseguir los votos necesarios.

“Creíamos que estábamos a uno o dos votos de conseguir la aprobación de la reforma migratoria, pero el Senado tenía que entrar en receso por el 4 de julio (Día de la Independencia)”, relató Bush en el libro.

“Dada la importancia de la legislación, creí que valía la pena dar un tiempo extra para que se aprobara la ley. Harry Reid no lo creyó así (...) convocó a un voto de cierre, que fracasó, y después puso el Senado en receso”, prosiguió el ex Presidente republicano.

“Cuando el Senado regresó a Washington, la reforma migratoria estaba muerta. Como resultado, los coyotes aún están en el negocio, los inmigrantes continúan cruzando la frontera ilegalmente y sigue sin resolverse un asunto políticamente divisivo”.

Bush señaló que, aún cuando no pudo promulgarla, no se arrepiente de haber buscado la reforma migratoria, aunque reconoce que quizá este tema debió tomar preeminencia sobre la reforma del Seguro Social en su segundo mandato.

“Si tuviera que hacerlo otra vez, hubiera empujado la reforma migratoria antes que el Seguro Social, como la primera iniciativa mayor de mi segundo mandato. A diferencia del Seguro Social, la reforma migratoria tenía apoyo bipartidista”, reconoció.

“El fracaso de la reforma migratoria apunta a preocupaciones más grandes de la dirección de nuestra política”, señaló.


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