martes, 26 de mayo de 2009

Libros leidos X: La Sombra



Este libro también lo compré en Walmart. Lo que sea de cada quien: aunque tengan a sus empleados sin muchas garantías laborales, tienen la mejor literatura de los supermercados. Soriana tiene solo cuentos para colorear. La Comer puros de superación personal y biografías de gente insulsa. HEB apenas y tiene dos mesitas con libros.

E igual que el de Pasiones Romanas, lo dejé arrumbado, pero ya en los libros de segundo nivel. ¿Por qué me llamó la atención? La portada tiene un efecto hipnotizante, seductor, provocativo... y el tema, más allá del morbo, resulta fascinante para la imaginación: un cazador de judíos vivo, 60 años después, cazando nuevamente en el mayor centro geriátrico para sobrevivientes del Holocasuto: Miami.

Me tardé en leerlo, pero lo hice rápido. Comencé a leerlo este sábado 23 por la mañana, y terminé hoy hacia el mdio día. Nada mal. Y me gustó, muchísimo.

La edición es de pasta dura, limitada, de 430 páginas. Totalmente de detectives, con cuestiones raciales propias de la Miami anticastrista, donde confluyen los que salieron de la isla con los negros con los demás latinos con los blancos, con los judíos con los antisionistas...

Todo lo relacionado con el Holocausto me fascina. De hecho tengo un monumental libros sobre el tema que más adelante relataré, amén de mucha, pero mucha información.

Los que niegan un Holocausto son unos pendejos. Pasó, imbéciles. No se puede tapar el sol con un dedo. Y este acto es una de las mayores pruebas de que estamos solos en el universo. Como dice un dicho: "¿Tú crees en Dios? ¿Y cómo es que perdió a seis millones de los suyos?", refiriéndose a los judíos, claro está. Pasó, lamentabilísimo. Yo he llorado como bebé al ver fotos, documentales, la Lista de Schindler... aunque a veces creo que los perros judíos que hacen y deshacen en Palestina y Medio Oriente de verdad se lo merecen...

La historia comienza con una anciana pavorosa, que dice a su vecino, un exdetective, que ha visto a Der Schattenmann, delator judío de Berlín durante la Segunda Guerra Mundial. El vecino la cree medio safada, pues la misma vecina dice que apenas le vió unos segundos hace sesenta años, pero le reconoció de inmediato. Simon Winter la lleva a su departamento y a las pocas horas descubre con estupefacción que su vecina a sido ahorcada, aparentemente por un negro drogadicto. Poco a poco se va tejiendo la trama, y las muertes continuan, hasta que la policía de Miami tiene que dar crédito a esta historia de ancianos decrépitos...

Lo único que no me gustó fue el final. Aunque reconozco que Simon Winter no tenía cabida una vez resuelto el caso de su vida... quizá agregando algunas líneas al final, sobre sus -seguros- más crímines a lo largo de los años, hubiera bastado. Pero quien soy yo para imaginar un final alterno...

9.5, y nomás por ese detallito, y que no me dejó nada el texto, contrario a Pasiones Romanas...quizá porque me considero un avanzado estudiante del Holocausto, y no aprendí nada nuevo...

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