Desata controversia viaje de Calderón al Vaticano
Rodrigo Vera
MÉXICO, D.F., 20 de abril (apro).- La visita del presidente Felipe Calderón al Vaticano, con motivo de la beatificación del Papa Juan Pablo II, que se realizará el próximo 1 de mayo, ha suscitado fuertes críticas del PRD y especialistas en el tema, pues el mandatario irá en calidad de “jefe de Estado” a un acto litúrgico de carácter meramente religioso.
Para la Presidencia de la República, según el comunicado en el que dio a conocer el viaje, “esta visita es congruente con los principios de laicidad del Estado mexicano, y responde a los lazos de amistad y de cooperación existentes entre México y el Estado vaticano”.
En su comunicado, la Presidencia agregó que el viaje de Calderón se da “en respuesta a una invitación diplomática” que le hizo la sede católica, por lo que será una “visita oficial”.
Sin embargo, para el PRD esta visita viola flagrantemente la Constitución Política y la laicidad del Estado mexicano, pues Calderón irá a una ceremonia religiosa que nada tiene que ver con su investidura oficial de jefe de Estado.
Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD, aseguró que Calderón violará “con flagrancia” la Constitución, que consagra la laicidad del Estado mexicano.
“El Ejecutivo no puede concurrir a una ceremonia religiosa de este tipo, ni lo debe hacer porque el Estado mexicano está obligado a tratar a todas las asociaciones religiosas por igual, desde la perspectiva de la imparcialidad”, agregó.
Para el investigador Roberto Velázquez Nieto, especialista en las relaciones entre México y El Vaticano, esta confusión obedece a que la sede católica en una “figura atípica en el contexto internacional, es un híbrido que se presta a confusión, pues por un lado es un Estado y, por otro, es sede de una Iglesia”.
Investigador huésped de la Universidad de Texas y del Archivo Secreto Vaticano, Velázquez recuerda que con Vicente Fox en la presidencia se presentó este mismo problema:
“Cuando Juan Pablo II vino a México, en 2001, hubo mucho revuelo porque no se supo definir si el pontífice venía como jefe de Estado o como líder espiritual de la Iglesia católica. En los hechos, vino como ambas cosas.
“Y la actitud de Vicente Fox, quien le besó el anillo papal a Juan Pablo II, al momento de recibirlo, también provocó mucho debate: ¿Fox lo recibió como un fiel católico o como un jefe de Estado?... En fin, todo esto sigue quedando en la ambigüedad”.
--¿La ceremonia de beatificación es un acto meramente litúrgico?
--Sí, claro. Es una misa que se celebrará en la Plaza de San Pedro. Es un acto estrictamente religioso, de ahí que mucha gente se pregunte a qué va Calderón, en su calidad de jefe de Estado, a una misa que se va a realizar tan lejos, habiendo tantos problemas en el país que requieren su atención.
Velázquez señala que, para solucionar esta ambigüedad que tantos problemas está ocasionando, se requieren cambios legislativos:
“Hace falta modificar la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público para que ahí se diga con precisión a qué actos religiosos puede asistir el presidente de la República, como jefe de Estado y como ciudadano común, incluso deben enumerarse para que no haya confusiones.
“Por lo que respecta a las relaciones entre el Estado mexicano y la Santa Sede, debe existir un concordato, en el que se defina con claridad la naturaleza jurídica de esa relación, haciendo la distinción de que la Santa Sede es Estado y es también sede de una religión”.
Para la Presidencia de la República, según el comunicado en el que dio a conocer el viaje, “esta visita es congruente con los principios de laicidad del Estado mexicano, y responde a los lazos de amistad y de cooperación existentes entre México y el Estado vaticano”.
En su comunicado, la Presidencia agregó que el viaje de Calderón se da “en respuesta a una invitación diplomática” que le hizo la sede católica, por lo que será una “visita oficial”.
Sin embargo, para el PRD esta visita viola flagrantemente la Constitución Política y la laicidad del Estado mexicano, pues Calderón irá a una ceremonia religiosa que nada tiene que ver con su investidura oficial de jefe de Estado.
Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD, aseguró que Calderón violará “con flagrancia” la Constitución, que consagra la laicidad del Estado mexicano.
“El Ejecutivo no puede concurrir a una ceremonia religiosa de este tipo, ni lo debe hacer porque el Estado mexicano está obligado a tratar a todas las asociaciones religiosas por igual, desde la perspectiva de la imparcialidad”, agregó.
Para el investigador Roberto Velázquez Nieto, especialista en las relaciones entre México y El Vaticano, esta confusión obedece a que la sede católica en una “figura atípica en el contexto internacional, es un híbrido que se presta a confusión, pues por un lado es un Estado y, por otro, es sede de una Iglesia”.
Investigador huésped de la Universidad de Texas y del Archivo Secreto Vaticano, Velázquez recuerda que con Vicente Fox en la presidencia se presentó este mismo problema:
“Cuando Juan Pablo II vino a México, en 2001, hubo mucho revuelo porque no se supo definir si el pontífice venía como jefe de Estado o como líder espiritual de la Iglesia católica. En los hechos, vino como ambas cosas.
“Y la actitud de Vicente Fox, quien le besó el anillo papal a Juan Pablo II, al momento de recibirlo, también provocó mucho debate: ¿Fox lo recibió como un fiel católico o como un jefe de Estado?... En fin, todo esto sigue quedando en la ambigüedad”.
--¿La ceremonia de beatificación es un acto meramente litúrgico?
--Sí, claro. Es una misa que se celebrará en la Plaza de San Pedro. Es un acto estrictamente religioso, de ahí que mucha gente se pregunte a qué va Calderón, en su calidad de jefe de Estado, a una misa que se va a realizar tan lejos, habiendo tantos problemas en el país que requieren su atención.
Velázquez señala que, para solucionar esta ambigüedad que tantos problemas está ocasionando, se requieren cambios legislativos:
“Hace falta modificar la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público para que ahí se diga con precisión a qué actos religiosos puede asistir el presidente de la República, como jefe de Estado y como ciudadano común, incluso deben enumerarse para que no haya confusiones.
“Por lo que respecta a las relaciones entre el Estado mexicano y la Santa Sede, debe existir un concordato, en el que se defina con claridad la naturaleza jurídica de esa relación, haciendo la distinción de que la Santa Sede es Estado y es también sede de una religión”.
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