El Michoacán de Calderón: cuatro años a sangre y fuego
Jorge Carrasco Araizaga y Francisco Castellanos J.
Más de 24 horas de asedio, ataques y bloqueos por integrantes del cártel de La Familia en la entidad natal de Felipe Calderón -acciones que continuaban hasta el cierre de esta edición- le recuerdan al presidente su desplante de fuerza militar cuando iniciaba su mandato con el Ejército por delante como factor de intimidación... Cuatro años después, el fracaso es evidente -así lo muestra un estado en llamas, inerme, con una población aterrorizada y bajas mínimas en el bando narco-, si bien el gobierno federal se ufana de haber eliminado a El Chayo, uno de los principales mandos de esa organización criminal.
MORELIA, Mich., 11 de diciembre (Proceso).- En su afán de acabar con los jefes del narcotráfico, el gobierno de Felipe Calderón nunca había enfrentado tanta resistencia -y la población civil no había pagado un costo tan alto- como la semana pasada, cuando un operativo de policías federales localizó y ejecutó a Nazario Moreno González, El Chayo, uno de los principales dirigentes de La Familia Michoacana.
Segundo al mando y encargado del adoctrinamiento de los miembros de esa organización, Nazario Moreno fue ultimado el jueves 9 en Apatzingán por fuerzas federales en una operación que en Michoacán se esperaba desde hacía semanas y provocó una movilización del grupo delictivo que todavía la noche del viernes seguía incendiando vehículos en carreteras de la Tierra Caliente, una de las principales zonas de control de La Familia y lugar de origen de El Chayo.
El operativo contra el también llamado El Más Loco, de 40 años, estuvo a cargo de la Policía Federal (PF), que en ninguna otra entidad ha sufrido tantas bajas como en Michoacán en cuatro años. Sólo en los últimos 24 meses la delincuencia local le ha matado a 45 efectivos.
La del jueves fue además la primera eliminación de un jefe del narcotráfico a manos de la corporación que comanda el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
En los recientes 12 meses, la de El Chayo es la cuarta ejecución de un jefe del marcotráfico sin que medie detención ni proceso judicial.
Extracto del reportaje principal que se publica en la edición 1780 de la revista Proceso, ya en circulación.
MORELIA, Mich., 11 de diciembre (Proceso).- En su afán de acabar con los jefes del narcotráfico, el gobierno de Felipe Calderón nunca había enfrentado tanta resistencia -y la población civil no había pagado un costo tan alto- como la semana pasada, cuando un operativo de policías federales localizó y ejecutó a Nazario Moreno González, El Chayo, uno de los principales dirigentes de La Familia Michoacana.
Segundo al mando y encargado del adoctrinamiento de los miembros de esa organización, Nazario Moreno fue ultimado el jueves 9 en Apatzingán por fuerzas federales en una operación que en Michoacán se esperaba desde hacía semanas y provocó una movilización del grupo delictivo que todavía la noche del viernes seguía incendiando vehículos en carreteras de la Tierra Caliente, una de las principales zonas de control de La Familia y lugar de origen de El Chayo.
El operativo contra el también llamado El Más Loco, de 40 años, estuvo a cargo de la Policía Federal (PF), que en ninguna otra entidad ha sufrido tantas bajas como en Michoacán en cuatro años. Sólo en los últimos 24 meses la delincuencia local le ha matado a 45 efectivos.
La del jueves fue además la primera eliminación de un jefe del narcotráfico a manos de la corporación que comanda el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
En los recientes 12 meses, la de El Chayo es la cuarta ejecución de un jefe del marcotráfico sin que medie detención ni proceso judicial.
Extracto del reportaje principal que se publica en la edición 1780 de la revista Proceso, ya en circulación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario