Sabato: dejó la ciencia por las letras y las letras por el humanismo
Vladimir Hernández
BBC Mundo, Buenos Aires
A pocos meses de cumplir 100 años de edad, murió este sábado el escritor argentino Ernesto Sabato, autor de uno de los libros más leídos en América Latina, El Túnel.
El escritor además presidió la comisión que por primera vez investigó y preparó el primer informe sobre los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante el último gobierno militar (1976-1983).
Este domingo, su hijo, Mario, tenía previsto dar una charla en la Feria del Libro de Buenos Aires en el marco de lo que sería una serie de festejos para recordar su vida en su centenario.
Pero una bronquitis severa le impidió alcanzar sus 100 años, que hubiera cumplido este próximo 24 de junio.
La obra
Sabato, en los años 30, era una personaje con un pie en la militancia comunista y otro en la ciencia.
"El proviene de la izquierda tradicional con la que rompe al verse desencantado", señaló el secretario de Cultura de Argentina, Jorge Cosía.
Temiendo persecución por parte del gobierno de Josef Stalin, al deslindarse y cuestionar el del comunista, Sabato rechaza un viaje a Moscú y se aboca de lleno en Buenos Aires a la ciencia, hasta que obtiene un doctorado en Física en 1938.
Fue justamente la ciencia la que inspiró su primer libro. Y no por su creencia en este campo sino por las contradicciones que encontró en la exactitud y los números.
Lo que Sabato definió como una "crisis existencial", fue lo que generó su primer libro, en 1945, Uno y el Universo, a pocos años después de abandonar la ciencia y dedicarse por entero a las humanidades.
Esta publicación ofrece una serie de reflexiones filosóficas en donde el escritor cuestiona la supuesta neutralidad moral de la ciencia.
Pero su trabajo más difundido llegó pocos años después. El Túnel, fue una novela que se llena del existencialismo del momento cuyo tema central es el asesinato y de cómo el amor se puede convertir en odio.
Esta obra le valió los elogios de grandes filósofos como el francés Albert Camus, y llegó a ser lectura obligatoria en centros académicos en todo el mundo, al ser traducida en varios idiomas.
De hecho, con motivo de los 100 años del escritor, en el Reino Unido se reeditará El Túnel, como homenaje.
Otro de sus escritos fue Sobre Héroes y Tumbas, una novela histórica que se publicó en 1961 y reconocida como una de las mejores en su género.
Este libro fue complementado con Abaddón, el Exterminador, en 1974, donde Sabato aparece de manera autobiográfica y surgen de nuevo personajes de su novela histórica.
Por su trayectoria, en 1984 fue galardonado con el máximo honor de la literatura hispana, el Premio Cervantes, con el que se convirtió en el segundo argentino en obtener esta mención, luego de Jorge Luis Borges.
"Su obra debe ser valorizada como un intento de visión del hombre esperanzado pero dentro de espacios de amargura", dijo a medios locales el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González.
El investigador
El año 1984 también tendría particular relevancia para Sabato. Fue el segundo período de 12 meses en el que estuvo al frente de la Comisión Nacional contra la Desaparición de Personas (Conadep), que investigó por primera vez las violaciones a los derechos humanos durante el último gobierno militar.
El reporte se llamó Nuncas Más y recogió decenas de testimonios de los horrores de las cámaras de torturas y muerte del llamado Proceso de Reorganización Nacional que llevó a cabo la junta militar desde que llegó al poder en 1976.
El prólogo fue escrito por Sabato y en él habla de la violencia de la dictadura y de los grupos insurgentes, lo que le valió cierta crítica porque de alguna forma se interpretó que repetía el argumento del sector militar sobre la dualidad de responsabilidades que justificó la represión desatada.
"Para valorar a Sabato no sólo se puede hablar de sus obras, sino de su reunión con el gobierno militar", señaló González.
En 1976, el escritor junto a otros intelectuales argentinos se reunió con el gobernante de facto Jorge Videla, quien acababa de asumir el poder.
"Hablamos de cultura en general, de temas espirituales, históricos y vinculados a los medios masivos de comunicación", señaló entonces el literato, tras el encuentro.
La cita le generó críticas por un sector de la sociedad, porque ocurrió en un momento de gran represión contra militantes de izquierda en el país. De hecho, con motivo del centenario de Sabato, algunas publicaciones locales preparaban reportajes recordando el controvertido episodio.
"Su vida tuvo polémica y eso hay que recordarlo. Ahora se coloca frente a la inclemencia de la historia", señaló González.
Sin embargo, Graciela Fernández Meijide, activista de los derechos humanos y quien trabajó con Sabato en la Conadep, terció que "en ese entonces muchos pensaron que el gobierno militar restablecería el orden tras el golpe de Estado. Y muchos cambiaron de opinión después".
Y agregó que en su trabajo en la Conadep "Sabato quería que las cosas se hicieran bien".
El final
Hace pocos días, BBC Mundo estableció contacto con la familia Sabato para intentar pactar una conversación con el escritor con motivo de su centenario.
Con cordialidad la solicitud fue denegada. El argumento era que, al tener tan avanzada edad, sus allegados preferían que se recordase a Sabato por la lucidez de sus ideas y no por la degeneración de su estado físico.
Poco se sospechaba de su delicada salud.
Ahora en Argentina, los actos previstos para celebrar un siglo de existencia probablemente se tornarán en un período de recuerdo para uno de los grandes escritores de América Latina.