lunes, 21 de marzo de 2011

Se alquilan amigos gays para consolar a mujeres en crisis



Se alquilan amigos gays para consolar a mujeres en crisis

«Te comprendemos incluso cuando no te comprendes ni tú» es su contundente eslogan

¡Manda güevos! Edgar | 

Se trata de un servicio pensado para la heroína urbana del siglo XXI, la mujer que con orgullo se declara moderna, liberada, «de su tiempo» y público objetivo de Cosmopolitan, Clara y Psychologies. ¿Cuántas veces una mujer así, en la montaña rusa de éxtasis y vicisitudes que es la vida, no ha sufrido un episodio de desengaño en el que ha llegado a la conclusión de que todos los hombres son idiotas y todas las (otras) mujeres, unas zorras? ¿Quién no ha sentido la devastadora soledad que sigue a tan drástica reflexión? En ese yermo de adversidad, donde solo tu madre y tus gatos parecen perdurar como puntos de apoyo válidos, una pequeña parte de la población, los homosexuales, flotan en un envidiable limbo al margen de la chusma al que acudir en busca de consuelo. No tan idiota como un hombre, y no tan zorra como una mujer, el amigo gay está ahí para escucharte, para sintonizar su sensibilidad femenina con tu dolor, para criticar con igual acritud tanto al cerdo que amabas como al putón que te lo arrebató, para corroborar que tú y solo tú tienes razón, y para darte consejos sobre maquillaje al mismo tiempo.

Y quien no tenga un amigo gay, ahora puede alquilar uno en Paso Cebra: tu puente con la otra acera.

Por la tontería de 35€ la hora, Paso Cebra te cede un amigo gay según tus preferencias —¿frío pero protector?, ¿empático y sensible?—, alguien que te consuela o que llora contigo, que te rescata del pozo y que te lleva de compras (pagando tú, eso sí). Alguien que te asesora sobre moda y complementos con su proverbial aptitud, pero sin por ello dejar de decir en todo momento que todo te está de coña. Alguien que come helado contigo, alguien a quien pintar las uñas de los pies, alguien que te psicoanalizará y fingirá comprender tus actos incluso cuando no respondan ni al más exiguo patrón de racionalidad. Alguien a quien podrás dejar sentarse en tu cama con tal confianza y tranquilidad que media hora después estarás suplicándole que te haga suya, sin la más mínima esperanza de éxito. A no ser que pagues un extra.

Paso Cebra ha abierto oficina en Cerdanyola del Vallès y muy pronto estará presente en toda España. Salvo en Euskadi; allí las mujeres saben que tienen razón y punto.

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