24-Dic-2009
El pelón en sus tiempos de cólera
Héctor S. Gomís
Viva la doble moral
¿Que si estoy de acuerdo con la aprobación de los matrimonios gay? ¡Por supuesto que sí! Ellos/as también tienen derecho a ser infelices como los demás...
A veces me avergüenza pertenecer a la raza humana. Y no, no lo escribo porque sea homofóbico e intolerante ante la preferencia sexual de las personas, ¡no! Me avergüenza pertenecer a la raza humana cuando escucho ridiculeces como:
“Las bodas gay son inmorales.”
¿Inmorales? De verdad es inmoral que dos seres humanos que se aman, ¿quieran firmar un contrato para que su unión sea legal?
¿No ha sido más inmoral a través de los años matar y torturar a los seres humanos por pensar diferente a la Iglesia católica? Y ni qué decir acerca de las violaciones a niños inocentes por parte de sus representantes, ¿verdad? Me imagino que utilizar la palabra de Dios para aprovecharse física, mental y espiritualmente de los menores de edad es un acto de altísima moralidad.
“Es una estupidez la modificación legal que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo en la Ciudad de México.”
¿Estupidez? ¿No es más estúpido querer manipular a la raza humana para que entre nosotros existan actos de discriminación?
“Esta ley ha abierto las puertas a una perversa posibilidad para que estas parejas puedan adoptar a niños inocentes, a quienes no se les respetará el derecho a tener una familia constituida por una madre y un padre, con los consecuentes daños sicológicos y morales que provocará tal injusticia y arbitrariedad.”
¿Cuáles son esos daños sicológicos y morales?
Los asesinos más perversos de la historia han tenido una familia constituida por un papá y una mamá. ¿A poco Hitler, Stalin, Mao y los miembros de la Santa Inquisición fueron adoptados por parejas de homosexuales?
De entrada resulta absurdo que personas a las que se les prohíbe traer al mundo una familia sean las que se dediquen a decir cómo deben ser y cómo deben vivir las familias.
Con lo misógina que es la Iglesia al rato nos van a prohibir poner a una mujer en un pedestal… y la razón para prohibirlo será decirnos que desde el pedestal la mujer no alcanza a barrer la casa, trapear la cocina, hacer las camas, lavar la ropa… a mano, porque de hacerlo en lavadora serían libres y eso no lo van a permitir.
Decir que a la mujer la liberó la lavadora es igual de estúpido como decir que las bodas gay son inmorales.
¿Por qué no empieza la Iglesia a limpiar su cochinero antes de decirle al mundo que está terminantemente prohibido ensuciar?
Las mujeres tienen el mismo derecho de realizarse que los hombres y los homosexuales el mismo derecho de amarse que los heterosexuales.
Maciel, además de pederasta, era también homosexual. El fundador de los Legionarios de Cristo representaba todo aquello de lo que se queja la Iglesia hoy en día…
Tuvo una hija y ella no creció dentro de una “familia normal”.
En esta época de paz y de amor son los miembros de la Iglesia los que demuestran con sus declaraciones que aquello de “Amaos los unos a los otros” sólo se puede llevar a cabo siempre y cuando “los otros” piensen exactamente igual que “ellos”. ¡Qué vergüenza!
Nos vemos el 7 de enero porque la semana que entra tengo mi reunión anual con mis amigos del Ku Klux Klan… (ja).
A veces me avergüenza pertenecer a la raza humana.
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