domingo, 8 de agosto de 2010

Libros Leídos XLVI: Canasta de Cuentos Mexicanos


La primera referencia vaga de B. Traven fue estando en la TV4 bajo el brutal mandato de la maestra Albita. Nos palticó a su luterana forma El Suplicio de san Antonio.

Un par de años después, a instancias del profe Jacobo en la clase de Literatura, nos encargó leer Canasta de Cuentos Mexicanos. Leí completo el libro y me gustó mucho. En especial el cuento de Amistad. Es de mi top ten de historias que -simplemente- jamás podré olvidar, debido en gran parte a mi amor innato a los canes.

Jacobo decía que B. Traven hablaba pestes del mexicano. En su momento, no lo vi de tal forma. Han pasado al menos 10 años de aquella primer lectura, y este fin de semana me di a la tarea obligatoria de releer el texto. Y vaya sorpresa. Realmente B. Traven odiaba a los nativos americanos. Refiere una terrible aversión por los autónomos. En todo el texto no deja de reflerirse a los "indios" como seres viles, mentirosos, timadores, embusteros, flojos, estúpidos, ladinos, mugrosos, malolientes, que sólo pueden trabajar en el campo, en las minas o robando cosas y violando las mujeres de sus vecinos; y con un odio desmedido contra los buenos, inteligentes, honestos, profesionistas y blancos hombres de allende la frontera norte que venían a su jodido país para mostrarles las verdades de la gran civilización.

Canasta de Cuentos Mexicanos está compuesta por 10 cuentos de mediana extensión:

  1. Canastitas en Serie. Un gringo de vacaciones por Oaxaca se da cuenta del negociazo que puede hacer con la ardua labor de un magnífico pero estúpido artesano. Un indio que nada entiende de negocios. Pero el indio se la voltea y sus sueños de miles de dólares se esfuman en el aire.
  2. Solución Inesperada. Cutberto Borrego quiere casarse con Vera Ochoa. Pero esto no puede ser permitido por el padre de Cutberto, Regino Borrego, pues Vera es también su hija. O al menos eso cree él...
  3. La Tigresa. Cuento 100% machista que me recuerda a La Fierecilla Domada. Luisa Bravo, mujer autosuficiente, se torna abnegada ante Juvencio Cosío, su Vencho adorado...
  4. Amistad. Un perrito callejero se posa enfrente de la fondita de un francés en la calle Bolívar de la ciudad de México y establece una extraña relación con el dueño de la misma, Monsieur René. Pero un día René la pasa fatal, y se desquita con su nuevo amiguito, quien no olvida ni perdona. En lo particular, este es el único cuento que vale la pena de la colección...
  5. El suplicio de san Antonio. Cecilio Ortiz, con todas las imprecisiones de cosmogonía inherentes al catolicismo, le exige a una figura de madera de apariencia serena y solemne la devolución de su reloj extraviado.
  6. Aritmética Indígena. Un indio ladino se aprovecha de la buena voluntad de un inocente ciudadano norteamericano por medio de la verborrea y sagacidad propia de esa gente de tez terrosa.
  7. Dos Burros. Otro pobre, inocente e indefenso ciudadano americano se ve envuelto en las conjuras de los habitantes de un pueblo, quienes presos de la avaricia y codicia inmanente en esos seres, quienes aparte de timarlo con dinero, ensuciaron su buen nombre.
  8. Una Medicina Efectiva. Otro de esos indios estúpidos que cree que los americanos son dioses, acude ante el médico del pueblo, quien por medio de oficios sobrenaturales puede ver las estrellas, el interior del cuerpo y hablar sin gritar a personas que se encuentran a kilómetros de distancia. Quiere que le ayude a saber donde está su esposa, esa piojosa que se ha fugado con el Pánfilo. La quiere de vuelta para golpearla y que le tenga listos sus frijoles. De lo contrario, si no le dice su paradero, le cortará la cabeza con ese machete americano de acero que corta el pelo como mantequilla. El ingenioso e inteligente norteamericano burla al aborigen de una forma hábil de la cual ese estúpido jamás podrá darse cuenta...
  9. Jugando con Bombas. En un pueblo minero, Natalio atenta contra su esposa, que huyó con otro tipo, pero en la explosión de dinamita muere otra persona. Se arma un juicio, pero nadie en la comunidad está dispuesto a que Natalio sea encarcelado, aunque sepan que no es inocente. Natalio sale libre, se arrejunta con otra persona, pero él no tiene tanta suerte de salir ileso de una explosión como lo hiciera su esposa.
  10. Corresponsal Extranjero. Otro incauto americano, que vive la barbarie de la revolución mexicana, quiere ser corresponsal extranjero, pero se ve desanimado por la crueldad de Pancho Villa.

Ahora, algunas frases que llamaron mi atención...

  • Después de todo, esta república no está tan atrasada como aprece. En realidades un gran país. Admirable. Se puede hacer dinero en esta tierra. Montones de dinero, siempre que se trate de tipos tan listos como yo.
  • ¡Al diablo con esos condenados indios; no comprenden nada, no se puede tratar negocio alguno con ellos! ¡Créame! No tienen remedio ni ellos ni ese su país tan raro. Lo que me sorprende es que vivan, que puedan seguir viviendo en semejantes condiciones. No hay esperanzas para ellos, ni las habrá en muchos siglos, de veras, yo sé de qué hablo.
  • Se daba el caso de que luisa no sólo poseía todos los defectos inherentes a las mujeres, sino que acumulaba algunos más.
  • No en vano había estado en un colegio estadunidense, en donde, aparte de inglés, se aprenden muchas otras cosas prácticas y útiles.
  • Escucha, Licha: si aprendiste eso en una escuela gringa, entonces los maestros de esa escuela no son más que unos asnos estúpidos, y si todo lo que aprendiste allá es por el estilo, entonces tu educación deja mucho que desear.
  • Si nosotros, y me refiero a todos los campesinos como yo, no alimentáramos puercos, todos los sabihondos profesores se morirían de hambre.
  • ¿O será tan inocente que no sabe qué hacer?¡Imposible! En ese caso sería un fenómeno. El primero y único mexicano que no sabe que hacer en estos casos.
  • Como todos los indios de su raza, tenía una idea primitiva sobre la religión y sus virtudes.
  • Pero san Antonio probó ser un verdadero santo, pues prefirió sufrir y permanecer en silencio a pesar de su suplicio.
  • Sé por experiencias no muy halagüeñas, que regalar algo que tiene cierto valor sólo nos causa dificultades.
  • Naturalmente, un indio es incapaz de comprender cómo un hombre puede guisar su comida y lavar su ropa él mismo si no le queda otro remedio. Algo malo debe ocurrir a los hombres que hacen esta clase de trabajos sin quejarse.
  • También su bien alimentado cuerpo, y su sonrisa despreocupada, ponían de manifiesto que en su casa había una buena cocinera.
  • Comenzaba a sentirme solo sin su presencia, aún cuando nunca la había visto, la extrañaba ignorando aún su apariencia.
  • Todo el domingo estuvo reflexionando. Cuando por fin el lunes llegó a una conclusión, necesitó del martes y del miércoles para aceptarla completamente. El jueves su idea había madurado lo suficiente y ya el viernes supo claramente lo que deseaba.
  • El nombre de Natalio no se mencionaba, parecía haber muerto hacía mucho tiempo, por la forma en que aquellos jóvenes se desentendían de él.
  • Extraño como puede parecer, los indios ignorantes son así.
  • Era mi mujer y creo que con mi mujer puedo hacer lo que me dé la gana, ya que soy yo quien ha pagado su comida, sus ropas y la música pa la boda. Y sepa que no quedé a deber nada, todo lo pagué.
  • ... y creo que esta es la razó por la cual todavía conservo mi cabeza sobre los hombros, siendo que Pancho (Villa) tiempo ha que fue a su último descanso sin la suya.
Finalmente... ¿exagero? ¿saco a relucir mi patriotismo masiosare? Yo no digo que no haya gente que reuna todas estas características negativas... pero Canasta de Cuentos Mexicanos parece ser una antología de clichés paradigmas y demás términos racistas contra la comunidad nativa mexicana, contra los campesinos, contra los mineros. ¿Acaso no hay alemanes así o peor? ¿Norteamericanos? ¿Japoneses? Si quería escribir algo sobre el México rural post-revolucionario, ¿por que con tantas denostaciones? ¿Por qué con tantas evidentes muestras de... asco?

¿O ustedes que opinan?

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