domingo, 4 de octubre de 2009

Libros Leídos XXIV: Secuestrados


Tenía descuidada esta tan gustada sección desde hace unos meses, pero henos aquí de vuelta.

Desde que vi el libro anunciado en Proceso me hice la promesa de comprarlo... y en cuanto rayé en la pasada quincena me di el lujo de comprarlo... lo leí al 99% durante mi pasado viaje a Uriangato, el viernes... y bueno, terminé de leer la última parte hace unos minutos, la referentes a los inmigrantes latinoamericanos. Y el sabor de boca que me queda es... amargo, triste, nefando...

Julio Scherer nos narra de viva voz el secuestro de su hijo, Julio también, por el cual le exigieron los hijos de puta 300 mil varos, y que gracias a su forma de ser, al gran personajazo que es, pudo recibir ayuda de personajes tales como el mismo Slim o como Juan Sánchez Navarro; narra su mismo secuestro oir andar de rojillo por Guatemala -regresando del Salvador-; así como los secuestros de amigos de él como José de Lima, Miguel Bonasso o lo que padeció el poeta Juan Gelman con su hijo, nuera y nieta secuestrada y dada a policías de la dictadura...

El libro, corto (176 en total), pero apasionante, nos narra pasajes de la historia mexicana como la relación de México con las guerrilas sudamericanas -por la promesa de Fidel Castro de jamás intentar la revolución en México-; de la relación del periodista con el poder, simbolizado por empresarios de la talla de Slim o Sánchez Navarro; María Félix o Carlos Castillo Peraza.

Y un breve pero bestial recuento del secuestro en México, desde Caletri, Canchola, Arizmendi... y las nuevas modalidades de secuestro por parte tanto de grupos delictivos que sólo se dedican a eso para sacar lana rápido, como del narco para proporcionarse armas en la estúpida guerrita contra el narcotráfico. Pasando por Tijuana, la ciudad más violenta y peligrosa del país sin duda alguna, como por las bandas juveniles y el calvario que pasan los inmigrantes latinoamericanos en su búsqueda del american life of way...

¿Qué me deja este libro? Más miedo y paranoia que nunca...

Hace poco en una reunión de cuates comenté eso, que ya da miedo vivir en esta especie de país -aún siendo un donadie como yo, un perro maldito que nunca debió haber nacido-, y mientras un wey me pendejeó por "dejarme llevar" por la paranoia televisiva, otro me joteo diciendo "... no vivas con miedo... vive conmigo...", la neta es que está cabrón, muy cabrón sobrevivir el día al día... aun sin ser rico, simplemente partiendote la espalda y la madre todo el día en el trabajo para sacar lo mínimo para sobrevivir y darte tus lujitos de vez en cuando... sólo basta algo, ya sea un cochecito más o menos, un buen celularcito que te costó dos meses de chamba, unos buenos tenis, o ir de colado a un lugar nice, para que puedas estar en la lista de alguna banda delictiva que te tendrá días y días enclautrado, lleno de vejaciones de todo tipo, con tu familia muriéndose de la ansiedad, de la angusita... para que al final, aunque se pague el rescate, sean 15 mil varos o 5 millones de pesos, de todas formas te mochen un dedo, una oreja, te quemen con una plancha, te violen, o maten, en el mejor de los casos para no seguir sufriendo tú, pero el peor escenario para tu familia, que tendrá que seguir buscándote hasta encontrar tus huesos en algún basurero o casa de seguridad enterrados para poder encontrar la paz necesaria, como le pasó a la familia del profe Nelson Vargas.

Que mierda de país... de justicia... o injusticia, mejor dicho, con todas las corporaciones dizque de justicia coludidas por la delincuencia organizada... policías locales, estatales, federales, judiciales, antisecuestros, de migración, jueces, ministros, diputados... que mierda de país... cada vez más y más somos el reflejo idéntico, si no es que más violento, que el de Colombia de los 80's-90's.

¿Para vivir mejor es mejor irse de México? ¿A lugares más tranquilos como Irak, Afganistán, Uganda o la franja de Gaza? Joder...

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