Domingo 11:38:54 p.m. Me llega un mensaje de un número desconocido pidiéndome ayuda. No lo reconozco, pero se me hizo proveniente de Guanajuato, y pregunté quien era. Adriana. Parada en la central llegando de allá a León. Requería raid. Pero el problema es que estaba lloviendo con cierta intensidad, mi casa estaba rodeada de agua y se salía de un ducto que tronó. Me era imposible en ese momento. Pero el tiempo seguía corriendo, y ella seguía varada. Casi una hora después seguía ahí. Y entre el crédito y la batería del celular, las esperanzas se le estaban llendo. Llamé a taxitel, pero que no habría servicio en un buen rato por la lluvia. Quizá en media hora más.
Yo estaba desesperado. Quería ayudar, pero la situación no me dejaba. Poco a poco dejó de llover, y el agua de la calle y de mi baño fue desapareciendo, por lo que decidí que era hora de actuar. Chingue su madre.
Y allá voy.
De inicio no me pareció algo fuera de lo normal. Ni siquiera cuando llegué a la glorieta de Francisco Villa con Escobedo, bloqueada por los tránsitos. Me desvié hasta Pradera para salir a López Mateos, y seguí rumbo a la central. Todavía a la altura de Francisco Villa no vi nada raro. Pero al pasar por el Irreal de Minas, zas... agua hasta la madre... por los tres carriles. Y yo iba por el lento, donde siempre se carga más el agua.Parecía que se quedaría parado enmero enfrente de esa mierda de hotel, pero seguí. Por mi mente cruzó la idea de meterme al estacionamiento, a la brava. Un poco de mis honorarios nunca cubiertos. Pero seguí y seguí. El carro parecía que se apagaría en cualquier instante entre aquel río. El foco rojo de la batería se prendía y apagaba cual serie navideña. Pero una y mil veces iba rezando "no me falles, cabrón, tu puedes con esto y más".
Son famosas las batallas que mi chevy a librado en más de 3 años. Aquella vez que libró Las Torres en tiempos de Alo, cuando parecía alberca olímpica y quedaban detenidos carros del año y camionetotas, mientras mi carrito seguía adelante. O hace poco cuando atravesé una mega laguna por el trabajo, y de un pequeño susto no pasó. Y esta no fue la excepción.
Se paró una vez, sí, pero no pasó ni medio minuto para que prendiera de nuevo y siguiera su camino.
¿Qué me impulsó a ese loco recorrido, en el que se quedaban a medio palo todo tipo de autos? Porque el López Mateos, cerca de las dos de la mañana, inundado, oscuro, y con largas filas de carros descompuestos enmedio de tránsitos y sus luces estrambóticas, rayaba en lo dantesco. Y me valió huevos. Jamás, pero jamás, pensé en lo que podía perder, que pudo ser el auto completo. Miles y miles de pesos, que no tengo. Jamás pensé ene retroceder, en mirar hacia atrás y mandarle un mensajito dándole la mala noticia. Lo que sí, estaba por enviarle un mensaje de "camina hacia el López Mateos porque no puedo cruzar hacia el Hilario Medina". Pero vi que unos carros sí podían, y dije "ah, chingá, y por que yo no?". Y allá voy...
Había menos agua en el Hilario, y sin problemas, más que una larga fila, llegué a la Central. Llegué y la busque, oteando el espacio, pero nada. Un chingo de gente desesperada, asustada, con frío. Pero no ella. Un mensajillo para ver ontaba. Y ahí estaba. Helada. Subimos sus maletas, y a la calle de nuevo.
Vi un tránsito y me detuve para pedirle consejo sobre cuals calles estaban inundadas, para evitarlas. Pero estaba como impávido. Creo que en su vida había vivido una situación a gran escala de ese tipo. Atendía a un wey, pero me ignoró. Y me fui. A probar. Traté por el Valtierra, pero pasando la iglesia de la luz del mundo se veía el chorro de agua. Seguí mejor para la Saturno, y estaba en mejores condiciones. Tomé luego el Villa, doblando en La Luz, luego en el Barrio de Guadalupe, para integrarme a Pradera-Torres Landa.
Llevarla hasta La Salle, impensable. Hacía el norte la situación podría ser mucho peor. Así que se quedó en mi casa hasta las 6, cuando vino un taxi a por ella, para prepararse ante la chamba y luego la escuela.
Me dio gusto verla, lástima que fue en esa situación. Y si bien la había visto en las últimas semanas, por cuestiones laborales, desde aquellos días de febrero no convivía con ella por más de 5 minutos seguidos.
Reitero... lo hice sin pensar en las consecuencias, que pudieron ser co$to$í$imas. Pero me valió madre todo. Era una pulsación terrible en el alma hacer algo, no quedarme con los brazos cruzados. Mientras se bajaba el agua de m icasa, parecía pinche león enjaulado sin poder hacer nada. Me sentí inútil por completo. Y nicuando parecía que me quedaría detenido, sumándome a las estadísticas, me dio miedo. Me valía todo madre.
Ese es el Chanokkk del que os hablaba. El que es un verdadero hijo de puta con los enemigos y malagradecidos. Pero incondicional al mil con quien lo merece. Dudo, sinceramente, que muuuchos de los demás amigos de Adriana hubieran hecho esto en esas condiciones. Gente más cercana y constante. Digo, ojalá y sí, pero esa madrugada fui yo, y nadie más. Y gustoso lo volvería a hacer sin esperar nada a cambio.
Cuando ella se subió a mi bebé puso su lap en el piso, y de inmediato dijo que había agua en el carro. Resultado de empaques podridos seguramente. No le pasó nada, afortunadamente. Pero yo olvidé que ahí tenía mi morralito de cobrador, con mi cartera, llena de recuerdos más que de dinero ($0), con mi cel naranja, inútil desde hace meses, que pensaba llevar a reparar para recuperar los videos donde el Alejandro hace sus joterías. RIP. Pero no me pesa, ni maldigo, ni digo "no hubiera...". Ni pex. Ya que chingaoz. Por las prisas hasta hoy saqué las tarjetas de la cartera, y están húmedas, pero vivirán, afortunadamente.
La lección de esto es que para la otra no debo poner todos los huevos en la misma canasta... y mucho menos dejarla en el carro, mismo que la tarde de ayer acabé de drenar (dejé el agua casi un día, jajaja), eliminando la humedad en un 90%, y el mal olor con fabuloso.
¿Por quién mas haría esto? ¡Sólo por Adriana? ¿Por qué ella? I don't now... sólo lo hice. Y lo volvería a hacer...
César me ha estado chingando casi a diario que venda el Chevy. Pero tras esto, ni madres. Independientemente de que es un fetiche que me recuerda a Alo, me ha salido bastante bien el cabrón. Prácticamente sin mantenimiento, con muchos detallitos, y aun así aguantador... muy noble el cabrón. Pero con esto lo megaconsentiré... tapicería nueva, todo lo necesario para motor -se lo dejaré al Puchas el fin para cambio de aceite, el cambio de la banda y que me cheque la batería-, que le saquen el golpe y rayones, pintada, claxon, luces y lo que le haga falta. Y en una de esas, hasta musiquita. Llantas nuevas, amortiguadores y mil cosas más. Todo lo que requiera mi bebé, poco a poco, ajustándose ami miserable presupuesto. Y, comole digo bromeando al César, con todo eso, a ver si no se me descompone. "Este cabrón me ha de querer vender...", "que le pasa a este pinche loco... mejor ya no arranco...", jajajajajajaja...
Larga vida a mi Chevy, campeón de campeones... y chido por ese Chanokkk noble, pues el hijo de puta es demasiado hijo de puta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario