lunes, 13 de septiembre de 2010

Libros Leídos LXVII: El Séptimo Cadete



En mi diario de octubre de 2006, tengo esta breve reseña:

"Se supone que para estos días ya debí terminar de leer Rayuela... y aunque he huevoneado un poco, lo sé, no significa que no esté leyendo. Ya me chuté completos dos libros de Michael Moore, que vienen siendo precursores de su Fahrenheit 9/11: "Estúpidos hombres blancos" & "¿Qué le hicieron a mi país, Man?".. muuuy buenos... y son sobre el estado de terror en que viven los americanos tras la llegada de Baby Bush... y el otro es El Séptimo Cadete, de Patricia Zarco... que es una reverenda mamada sobre la historia de México... desde lo prehispánico hasta el fatídico 94, con todo e independencia, intervención gringa, guerra de reforma, maximiliato y el 68... la autora es la que de verdad me parece que se puso bien drogada, y es en realidad el alter ego de Miguel Santiago... fumadísima... pero interesante... al fin y al cabo, en literatura todo se vale..."

El libro, la verdad, me pareció vomitivo. Habla de como una conspiración mundial trata de acabar con México. Un poderoso brujo viene a desatar al lado oscuro de la fuerza. Quiere inutilizar al guardian místico del país, el Popocatépetl, pero un ejército de espíritus buenos, los niños héroes, comandados por el traidor a la patria, Miguel Miramón, se encargan de esto y salvan a la patria. Las armas nacionales se han cubierto de gloria.

Lo único anecdótico de este libro es que lo vendí. Es el único libro de mi extensa colección que he vendido.

Sí, he prestado varios libros que no me han sido devueltos (El amor en los tiempos del sida; De sexo, aborto y otros pecados; Filosofía para principiantes; El arte de tener la razón; Retrato en sepia; El Alquimista ); y hasta he visto como en la carrera de psicología dos compañeras se robaron un Quijote de la Mancha que doné para una biblioteca estudiantil, la verdad es que nunca había vendido -ni lo he vuelto a hacer- cualquier libro de mi colección, pues hasta el más insignificante me pertenece. Al leerlo, me pertenece. Forma parte de mi vida. Sí, lo sé, pensamiento materialista estúpido. El día que me muera todo se quedará. Si no tengo hijos y tengo tiempo de adelantarme aunque sea 24 horas a mi muerte, los quemaré. Inclusive, me gustaría ser incinerado enmedio de mis cientos y cientos y cientos de libros. Pero no hay legislación panista que lo permita, así que deberé tener hijos para que ellos se encarguen de ellos una vez que yo parta, jejeje.

Estaba en la mensajería, y recibí un mensaje en mi antiguo blog de msn. Una chica del estado de México me decía que si le vendía el libro. Que quería regalárselo a un amigo -con pésimo gusto, inferí-, que lo había buscado por todos lados, por todas las librerías, sin encontrarlo. Está agotado, de hecho. Yo lo compré en Ley, junto con los de Moore. No diré el precio, aunque se puede inferir si se han leído mis post anteriores. Y mucho menos diré el precio al cual se lo vendí. Sólo agregaré que no me pasé de lanza, pero que tampoco se lo di a como lo encontré. Fue más bien un poco de resentimiento el motivo de mi plusvalía. Resentimiento porque me había convencido de darle a mi hijo el más feo, idiota e inútil.

Cuando le platiqué la situación a mis compañeros, no me la creyeron. Hasta que vieron que utilicé los servicios de mensajería propios de nuestro giro para enviar el paquete. La morra se portó muy buen pedo. Confió en mi de una forma que yo jamás haría: depositó a mi cuenta la suma acordada, más el envío. Si yo hubiera sido un pasado de lanza, no le mando nada, y ni como le haga. Pero no me iba a quemar por mugres $.........???

De eso ya unos 30 meses, aproximadamente. Y ese amigo debe considerarse afortunado de tener a una amiga como esa con la que hice tratos...


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