Puré de Papas me hizo detestar a la cúpula eclesiástica. La Biblia, esa linda tontería, me hizo cagarme en el dogma abrahanida. Pero 500 Años Fregados pero Cristianos me hizo emputarme, detestar con toda mi alma, o lo parecido que tengaun ateo, a la iglesia católica en América Latina, la América India de la que habla Chávez.
El exterminio fue total: entre soldados e indígenas enemigos de los mexicanas, sumando a esto la viruela, se destrozó la parte física de esa América India. Pero lo peor vino con el catolicismo: eso nos ha permitido seguir en la jodidez a todos los pueblos latinos, la maldita religión católica, esa mentalidad tan de la edad media. Los gringos y canadienses tuvieron la fortuna de ser conquistados por ingleses, franceses, civilizaciones con reductos religiosos tanto o más peligrosos que los de Roma, pero en su mayoría era gente liberal, gente con ideas nuevas, con una nueva mentalidad de ganar, de ser mejores. Acá cayó al mediocridad, el dios dirá, el mañana ya veremos.
A fin de cuentas soy evolucionista. No puedo aceptar postulados que me agraden y dejar de lado los que me den escalofrío. Los españores eran superiores a las grandes culturas que había en la actual América Latina: Mexicas e Incas. Los violaron en un dos por tres. Quizá en alguna parte del pasado cercano se contó con monstruosas civilizaciones que no le pedían nada a egipcios, romanos o chinos. Los mayas son ejemplo de eso con su sorprendente conocimiento astrológico y matemático. Pero incluso los bárbaros e ineptos españoles eran mejores que los nativos que vivían aquí por 1492. Europa había vivido la edad de bronce en la época de la Iliada, unos 1200 años antes de cristo. Los nativos de América aún seguían inmersos en la edad de piedra. Nos cogieron. Pero no sólo en ese momento, sino por toda la eternidad, tal parece. En Las mentiras de mis maestros, se ahondará esta temática.
No fue un encuentro lo que inició en 1492: fue una acometida sexual sin vaselina, con grava, diría Polo Polo. Una violación tumultuaria, de la cual los latinos, en general -no nos hagamos pendejos-, salimos como viles hijos de la chingada, "... la madre abierta, violada o burlada por la fuerza...".
Actualmente, lo querramos o no, nadie de nosotros existiría de no ser por ese sangriento acontecimiento que inició -y perdura- hace más de cinco siglos. Y ahora que algunos indios se alzan al poder, como Evo, para evitar seguir en la inercia del católico errante, aquel que va por la vida tratando de no pecar y de que los días pasen sin cambio alguno, al cabo dios proveerá, rescatando lo mejor del mundo indígena, no faltan los hijos de puta que se rasgan las vestiduras y dicen, "es un indio, nos sumirá en el caos", como si los pueblos latinos no hubieran estado en la mierda desde la conquista...
Libro recomentabilísimo, hace mucho pensar y replantearse cosas, tomar partido, celebrar o tratar de que volvamos a hablar el nahuátl, no comamos cerdo, no usemos caballos y nos llamemos Tezuatega, Ayatega o Nacatime en vez de Juan, María o Pedro... ¿cuestión de enfoques?
El exterminio fue total: entre soldados e indígenas enemigos de los mexicanas, sumando a esto la viruela, se destrozó la parte física de esa América India. Pero lo peor vino con el catolicismo: eso nos ha permitido seguir en la jodidez a todos los pueblos latinos, la maldita religión católica, esa mentalidad tan de la edad media. Los gringos y canadienses tuvieron la fortuna de ser conquistados por ingleses, franceses, civilizaciones con reductos religiosos tanto o más peligrosos que los de Roma, pero en su mayoría era gente liberal, gente con ideas nuevas, con una nueva mentalidad de ganar, de ser mejores. Acá cayó al mediocridad, el dios dirá, el mañana ya veremos.
A fin de cuentas soy evolucionista. No puedo aceptar postulados que me agraden y dejar de lado los que me den escalofrío. Los españores eran superiores a las grandes culturas que había en la actual América Latina: Mexicas e Incas. Los violaron en un dos por tres. Quizá en alguna parte del pasado cercano se contó con monstruosas civilizaciones que no le pedían nada a egipcios, romanos o chinos. Los mayas son ejemplo de eso con su sorprendente conocimiento astrológico y matemático. Pero incluso los bárbaros e ineptos españoles eran mejores que los nativos que vivían aquí por 1492. Europa había vivido la edad de bronce en la época de la Iliada, unos 1200 años antes de cristo. Los nativos de América aún seguían inmersos en la edad de piedra. Nos cogieron. Pero no sólo en ese momento, sino por toda la eternidad, tal parece. En Las mentiras de mis maestros, se ahondará esta temática.
No fue un encuentro lo que inició en 1492: fue una acometida sexual sin vaselina, con grava, diría Polo Polo. Una violación tumultuaria, de la cual los latinos, en general -no nos hagamos pendejos-, salimos como viles hijos de la chingada, "... la madre abierta, violada o burlada por la fuerza...".
Actualmente, lo querramos o no, nadie de nosotros existiría de no ser por ese sangriento acontecimiento que inició -y perdura- hace más de cinco siglos. Y ahora que algunos indios se alzan al poder, como Evo, para evitar seguir en la inercia del católico errante, aquel que va por la vida tratando de no pecar y de que los días pasen sin cambio alguno, al cabo dios proveerá, rescatando lo mejor del mundo indígena, no faltan los hijos de puta que se rasgan las vestiduras y dicen, "es un indio, nos sumirá en el caos", como si los pueblos latinos no hubieran estado en la mierda desde la conquista...
Libro recomentabilísimo, hace mucho pensar y replantearse cosas, tomar partido, celebrar o tratar de que volvamos a hablar el nahuátl, no comamos cerdo, no usemos caballos y nos llamemos Tezuatega, Ayatega o Nacatime en vez de Juan, María o Pedro... ¿cuestión de enfoques?
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