La libertad que se tiene actualmente, en todo el mundo en general, ha costado siglos y siglos de sangre. En mi actual revisión de viejos VHS's, encontré una entrevista que le hizo Brozo al Fisgón sobre su libro El país del Ahuizote. Los liberales del siglo XIX lucharon hasta la muerte para abrir espacios de libertad cerrados por los conservadores. Al ganar la guerra de Reforma, los liberales tuvieron que aguantarse la carreta que los columnistas calumnistas y los moneros despotricaban día a día.
Esa libertad era formidable. Tanta, que en vida de Juárez se publicó un cartón de él besándose con su ministro de la Suprema Corte de Justicia... a lo mejor eso no tendría nada de malo, pero la saña se nota al haberse quedado viudo don Benito poco tiempo atrás, y siendo don Sebastián un eterno solterón que quizá jamás conoció el dulce néctar de una rica flor de Arabia...
Esa gran libertad se vino abajo cuando cada general tenía su propio periódico y comenzaron a atacar al pobre diablo de Sebastián Lerdo de Tejada, contribuyendo a manchar su imagen entre el populacho, facilitando así el arribo del Héroe del 2 de abril, quien con el paso de los años fue cerrando todos los espacios que él mismo contribuyó a crear por su paso por las guerras de Reforma & Intervención Francesa. Madero también abrió espacios que propicieron su caída.
Y bueno, eso en México... ¿y en Alemania? Ahí no se puede hablar libremente de la Alemania Nazi. El periodo entre 1933 y 1945 no existe. Pero era peor en la época del Führer: se negaron siglos de cultura judía... milenios de historia universal se fueron al carajo pues jamás existieron. La quema de libros en piras de ignominia es peor que los campos de concentración...
Y ahora, tenemos esa bonita campaña publicitaria cachondona de la pechugona Merker. ¿Qué debe hacer? Tiene dos opciones: ignorar para que no pase a mayores y el ejemplo se riegue de todas formas, o reprimir, velada o abiertamente para que no usen su imagen en esas pendejadas.
Cualquiera de las dos cosas que haga tendrán amplias repercusiones.
Pero yo me pregunto... ¿y esa empresa de lencería, no tiene principios éticos? ¿Por qué elegir, precisamente, a la presidenta de Alemania? Si bien se tiene la libertad, se tiene que mesurar. Los excesos son nefastos. La imagen no es del todo desagradable. Pero dará pie a peores manifestaciones masivas que con el tiempo, ante un gobierno más autoritario, volverá al eterno círculo de la libertad-censura...
No hay comentarios:
Publicar un comentario